Las condiciones y el ritmo de vida actual, hace que no le dediquemos ni la calidad ni el tiempo a la preparación de nuestras comidas, o incluso que no podamos ni siquiera mantener una rutina con horarios para comer. Saltarnos comidas por juntas que se alargan, el tráfico de inesperado o sencillamente al levantarnos tarde, hace que no logremos obtener los nutrientes esenciales con nuestra dieta regular. Gracias a las mezclas innovadoras y a los complementos bioactivos, las fórmulas funcionales ofrecen nutrientes que van más allá de la alimentación básica.
Desde los años 80 el concepto fue desarrollado por los japones como una relación entre nutrición y satisfacción, a través de la “fortificación de alimentos” para mejorar problemas específicos de salud. Con los años, el desarrollo de la industria alimenticia y los nuevos estilos de vida, el tema ha evolucionado tanto que los encontramos opciones en muchas presentaciones como pastillas, polvos, bebidas y para múltiples usos.
Y es que los componentes esenciales están presentes de manera natural en los alimentos, como por ejemplo el Omega 3 o la vitamina D que se encuentran en los pescados grasos como el salmón o las sardinas, los cuales tienen múltiples beneficios para el corazón y en la absorción del calcio para los huesos, respectivamente. Pero como comentamos, el sedentarismo y los cambios en nuestro estilo de vida y dieta, hace que no tomemos las cantidades, variedades ni la calidad de los nutrientes que necesitamos.
Básicamente, los alimentos funcionales hacen modificaciones en los alimentos convencionales de diversas maneras: en las concentraciones usualmente aumentándolo; o en sustituciones, por ejemplo azúcares por endulzantes naturales; eliminando otros, como el gluten para dar una opción a las personas intolerantes; agregando componentes bioactivos como los probióticos; o haciendo adiciones como por ejemplo con el calcio o las vitaminas, logrando así dar un valor adicional en la fórmula y maximizar los beneficios específicos. De esta manera, las formulaciones funcionales proponen soluciones efectivas y seguras a alergias, intolerancias en alimentos e incluso hasta mejoras en padecimientos.
Los alimentos funcionales no deben sustituir los alimentos tradicionales pero pueden ser un gran aliado para complementar nuestra alimentación. El mayor interés por mantener una buena salud y una buena información sobre los mismos pueden mejorar notablemente la calidad de nutrientes que consumimos y como resultado, pueden tener un mayor impacto en nuestra salud.